TEST
Tiene un pasado. ¿Cuál de las opciones siguientes nos muestra su historia?:
a) Había partido dos años atrás de la lejana Sierra Leona. Frente a él se alzaba la malla guardiana de las libertades patrimoniales de la vieja Europa. Enseguida todo quedaría atrás: el acuchillamiento en el tren de Freetown a Bamako en la disputa por unos terrones de azúcar; la ingesta de sus propios orines para no morir deshidratado en un Sahara azotado por el siroco; la hipotermia que lo tuvo postrado en un pequeño poblado bereber llamado Taarart, donde fue acogido y alimentado a base de sopa con tropiezos de carne de cabra… Tenía que lograrlo, debía lograrlo… por Naja y el pequeño Ongala, que libraban su particular batalla para escamotearse de las luchas tribales y la hambruna galopante en un país con pobreza endémica y convulso por las mafias. En cuclillas, aterido por el destemple y la desnutrición, escrutaba la malla retadora, protegido por la oscuridad de una noche sin luna. Tenía decidido el punto de ataque. Se lanzó como un poseso hacia la red. El contacto contra la barrera la hizo tintinear levemente. Durante unos segundos permaneció inmóvil en forma de equis, como un insecto estampado contra el parabrisas de un coche. El silencio se volvió a adueñar de la escena. Todo transcurría según sus planes. Olubang inició la ascensión del trecho restante. Llegó a lo más alto y sintió una alegría cauta, tímida, como de alpinista al hollar cumbre, consciente de que aún restaba parte del trabajo por hacer. En el momento en que bordeaba el obstáculo se escuchó un leve clic. A continuación, un sonido de claqueta rasgó la noche y su eco y el crujido del cuerpo herido al chocar contra el pedregal fueron uno. Del bosquecillo animado surgió una oleada de seseos nerviosos. Hasta que el silencio y la oscuridad volvieron a invadirlo todo, a apoderarse de todo. Ahora fuma un pitillo en el C.A.R. (Centro de Acogida de Refugiados). Los recuerdos se repiten en bucle en su cabeza. Las fracturas van soldando. La mirada sigue rota.
b) Recorrió mil doscientos kilómetros acurrucado entre los ejes de un tráiler de dieciocho ruedas. Estuvo a punto de caer en tres ocasiones sobre la lija de asfalto. Finalmente fue interceptado y mientras aguarda, hace volutas que se rompen al instante. Y no es capaz de ver un segundo más allá.
c) Venían unos trescientos en la zodiac mugrienta. Una colchoneta grande que a las pocas millas de zarpar ya dio signos de debilidad. Durante el trayecto no conseguía quitarse de la cabeza la imagen del mafioso guardándose en la riñonera los fajos de billetes que cada uno de los clientes en rigurosa fila india le iba dando antes de acceder a la embarcación. La climatología era favorable, por eso habían partido en origen tres más como esa el mismo día. El caso es que a mitad de ruta el motor falló y la zodiac quedó a la deriva. Comenzaron a aflorar los nervios. Apretaba el calor. Algunos cayeron por la borda sin que los demás miraran demasiado. Cada uno a lo suyo. Una pelea, gritos, una sed salvaje…la desesperación se hizo con el timón. Las mujeres y los niños primero. ¡Ay, que me da la risa! Sálvese quien pueda. Los cuerpos flotando son un asco, pensó en el agua, y volvía a pensarlo ahora, expiando su zozobra personal con la exhalación.
Respuesta correcta:
d) Todas las anteriores.
¿Que es trampa?
Que se lo digan a él.