Extraños
Su madre le ha dicho que no se acerque a los desconocidos; que no acepte regalos de extraños. Hay personas que engañan a las niñas como ella y se las llevan: el hombre del saco, el coco, y un tal Barba Azul que le recuerda a los cuentos que le leen antes de dormir. Los ogros no son de verdad, piensa ella. Cómo va a llevarme el personaje de un libro. «Si alguien se acerca, echas a correr», le insiste su madre mientras le atusa el pelo. Es la primera vez que sale sola a la calle. Porque ya es mayor, se dice, orgullosa de su vestido verde claro y sus chancletas para ir a la playa. Mirándose en el reflejo de un escaparate poco antes de oír los frenos.
Ahora no sabe muy bien dónde está. Pero no le importa. Sólo siente una voz que le llama, vamos Helena, que llegas tarde. Y aunque su madre siempre le dice que no vaya con extraños, no puede evitar acercarse a aquella luz.