DESDE UN CAMAROTE
Todo es noche en la penumbra.
No me exalto, ¿para qué?
Quizá sucumba en la tundra,
tal vez, yo qué sé…
Me abruma lo invisible,
froto los nudillos de mis manos.
Siento cerca lo intangible,
disimulando el desconcierto de los humanos.
Alguien enfoca mi perfil,
siento fuego en mi mirada.
Se diluye con movimientos de alfil,
no lo percibo como camarada.