"Sentí una explosión en mi interior. Una fuerza crecía y luchaba por salir y expresarse. No encontré el modo de hacerla salir. Rompí a llorar. Mi sangre bullía y mi alma se partía en mil pedazos. Era un volcan a punto de estallar. El calor me abrasaba, y enfermé sin motivo. Quería gritar pero el sonido no salía de mi boca. Solo escuchaba el temblor de mi interior. Era incapaz de sentir nada ajeno a mi. La energía y la fuerza se esparcían por todo mi cuerpo. Me estaba consumiendo por dentro. Mis ojos llameaban y las chispas me cegaban. Como una crisálida, me estaba protegiendo del exterior para sucumbir al cambio interior. Y cuando ya no podía más, cuando inconsciente me tiré en la arena, estallé y salí volando. Ya no era yo, era un espíritu libre atraido por una fuerza superior.
Una gota de agua explota en el mar y desaparece, pero las ondas que provoca se expanden infinitamente.
Una mariposa rasga el aire con sus alas y su movimiento es imperceptible, pero el aire comunica al mundo su presencia.
Una estrella atraviesa la atmósfera y aparentemente se desintegra, pero las moléculas que lo componen, como polvo mágico, tocan un cuerpo y se produce lo inesperado, lo inexplicable, lo que nadie puede predecir. Nada es permanente, todo cambia y nunca sabes por qué."