SI TE ATREVES...
Como cada mañana Don Roque, con paso lento y casi cansado, inicia su caminata diaria en la que recorre entre veinte y treinta cuadras. Dado que su padre había sido el único almacenero de la zona, siempre encuentra algún conocido con quien detenerse a conversar.
A diferencia de otros días, se lo veía distraído, sumido en quien sabe qué pensamiento. Estaba recorriendo, al parecer, su propia historia, con cada paso que daba rítmicamente un instante de su vida transitaba su memoria.
La imagen de su primer y único amor rondó por ahí largo tiempo. Joaquina hija de inmigrantes, fue casi a primera vista, con la fuerza infinita y la ilusión que tienen los jóvenes ante la vida, ante el futuro, pero un día ella no llegó al encuentro. Luego por un cliente, se enteró que la casarían con el hijo de un coterráneo recién arribado. Así fue que dejó de verla, en esa época las mujeres no tomaban sus propias decisiones. Él también se casó a los años.
Hace unos cuatro se reencontraron, si bien en sus ojos había cambios, el destello del amor aún estaba vivo y se permitieron volver a soñar, volver a sentir, volver a creer.
Pronto terminó la ilusión, esta vez eran sus hijos quienes se oponían – ya estás viejo papá para estas cosas, andar haciéndole el novio a esa mujer! -, hasta los nietos le negaron para que deje de verla.
Y así perdido en su nostalgia cambió de rumbo, apresuró sus pasos, se detuvo frente a la puerta verde que conduce al pasado y llamó a ella con decisión. Se fue abriendo lentamente, la miró a los ojos, ¡estaba tan bella!, y declaró “Si te atreves vendré por tí mañana, cumpliremos nuestros sueños”. Besó por primera vez su boca sin culpa, sin juicio, sin condena.
Unos eternos segundos después con sus pupilas brillantes por las lágrimas, su voz quebrada y apenas perceptible respondió “Vete y no tardes que aquí te estaré esperando”.
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IF YOU DARE...
As every morning Mr Roque begins its daily walk, when he walks about twenty to thirty blocks, slowly almost tired. As his father was the only grocer in the area, he always finds somebody to talk to.
But unlike other days, he looked absent, lost in his thoughts. He was travelling, it seems, its own history, a moment of his life crossed through his memory with every rhythmic step.
The image of his first and only love was going round in his head for a long time. Joaquine, immigrants’’ daughter, was at the first sight, with the infinite strength and the hope of the young on the life, on the future, but she missed their date once. Then he discovered, thanks to a customer, that she would me married to the son of a fellow-countryman just arrived. This is why he didn’t see her anymore, at that time women couldn’t take their own decisions. He also married some years later.
They met again around four years ago, and although their eyes had changes, the sparkle of love was still alive and they allowed to dream again, to feel again, to believe again.
But that illusion ended soon, as this time their own sons opposed – you are old, daddy, for these affairs, playing the boyfriend role with that woman! -, even the grandsons prevented him from meeting her.
And this way, lost in his nostalgia, he changed his course, speeded up, stopped in front of the green door that takes to the past and knocked firmly. It opened slowly, looked at her eyes, she was so beautiful!, and stated ‘If you dare, I will come for you tomorrow, we will achieve our dreams’. For the first time hi kissed her mouth without blame, without judgment, without conviction.
Some eternal seconds later, with her pupils shining by the tears, her voice broken and almost imperceptible answered ‘Go and don’t be late, here I will wait for you’.